Los ciclos de la vida, por más difíciles que parezcan, siempre pasan. Así como la analogía de un árbol y sus temporadas. Cuando les llega el otoño, el frío se adueña de ellos y poco a poco comienzan a perder sus hojas… pero más pronto de lo que creen, en sus ramas retoñan hojas de color verde radiante, y la vida regresa a la normalidad. Todo… con la gran excepción de que los años vividos, a nadie se le quitan.