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TODAS podemos coincidir en que tan pronto como te haces de un bello y mágico novio, por alguna razón casi inexplicable, te conviertes en un radiante imán para hombres. Es tanta la abundancia en la que de pronto te encuentras, que no puedes evitar preguntarte:  ¿por qué no me sucede esto cuando estoy soltera?

La verdad es que nadie ha podido descifrar exactamente por qué sucede este fenómeno. Yo se lo atribuyo a que esta nueva y positiva influencia que está en tu vida provoca que generes mucha felicidad, y eso hace que todo a tu alrededor sea más bello… ¡incluyéndote!

Haz el siguiente ejercicio de auto-análisis en el que es muy importante contestar SÍ o NO honestamente:

  • Cuando no estás en compañía de tu pareja porque te encuentras de viaje, de fiesta, o conviviendo con amigos, ¿notas que tu personalidad cambia un poco y actúas como si estuvieras soltera?
  • ¿Con frecuencia prefieres salir sin tu pareja solo para que puedas pasarla mejor o estar mas cómoda en compañía de tus amigos?
  • ¿Extrañas a tu pareja y siempre lo tienes presente cuando no están juntos?
  • ¿A donde vayas, te gusta ubicar quién te gusta ó a quién le gustas?
  • ¿Coqueteas con mucha facilidad y das la impresión de estar soltera?
  • ¿Justificas el hecho de ser coqueta con que es algo que pasa naturalmente y seguro es por esa chispa tan especial que te sucede ahora que tienes novio?
  • ¿Si te encuentras platicando con una persona a la que le gustas, le das la impresión de que te gusta a ti también?
  • Si el coqueto en el que te encuentras de pronto sube de tono y sabes que en cualquier momento puede pasar a otro nivel… ¿te detienes o piensas que no le haces daño a nadie y das el siguiente paso?
  • ¿Le dices a tu novio lo que te sucede o te lo guardas porque piensas que hay cosas que es mejor no decir?
  • ¿Te sientes con la conciencia tranquila y estás segura de que si la historia se revirtiera, te sentirías feliz?


El punto de estas preguntas es descifrar qué version de ti serías en una situación de riesgo para tu relación. Todos estamos expuestos; la diferencia está en cómo manejamos la situación.

Tenemos el derecho de hacer lo que pensemos que es nuestra mejor opción, siempre y cuando lo hagamos desde una región consciente de los efectos que nuestras acciones van a tener.

Si optas por vivir la experiencia y quedártela como algo muy tuyo: entonces que no te sorprenda sentirte incómoda con tu pareja, sentir celos sin razones reales, sentirte insegura cuando él sale, o pensar que seguro hará algo porque hay mucha tentación.

Si optas por vivir la experiencia pero no puedes soportar la idea de guardártelo: entonces tendrás que sufrir la agonía de confesarle y aceptar que desconfíe de ti. Él estará en todo su derecho de terminar la relación si así lo desea, y al menos te sentirás orgullosa de que tuviste los pantalones de decir la verdad.

Si optas por no participar en esa dinámica: entonces te habrás quedado con las ganas de una oportunidad que probablemente jamás regrese. Sin embargo, ¡serás capas de probarte que tienes suficiente fuerza de voluntad como para mantener tu palabra y podrás medir el valor de lo que tú aportas a la relación! Los estándares de honestidad en tu relación serán más altos, y si tu pareja es igual de honesta, podrás construir bases muy sólidas para una relación exitosa.

Mi analogía es: las decisiones que tomes son como tu dieta del día. Si te esmeras y preparas algo con voluntad, tiempo y dedicación, tendrás un platillo delicioso que disfrutarás con mayor satisfacción. Pero si lo haces al aventón o sin ganas, te encontrarás comiendo en un acto de necesidad básica, meramente para sobrevivir.

¿Qué receta quieres seguir para tu relación?